jueves, 4 de abril de 2013


Te rogamos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
para destruir la oscuridad de esta noche,
arda sin apagarse
y, aceptado como perfume,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
Jesucristo, tu Hijo,
que, volviendo del abismo,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina por los siglos de los siglos. Amen. 




What good would life have been to us,
had Christ not come as our Redeemer?
Father, how wonderful your care for us!
How boundless your merciful love!
To ransom a slave you gave away your Son.
O happy fault,
O necessary sin of Adam,
which gained for us so great a Redeemer!


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