lunes, 23 de julio de 2012

La educación de los hijos (V)


Qué hacer para educar cristianamente a los  hijos? Las explicaciones a los niños han de ser breves y lo más sencillas posibles. Lo que más ayuda es nuestro ejemplo y hacer cosas con ellos, como reza y guardar silencio. Los niños de hoy no saben guardar silencio. Es importante apoyarse en estímulos sensibles como las imágenes, las oraciones y canciones. Desde que son bebés es bueno hacerles la señal de la cruz y familiarizarlos con los símbolos de nuestra fe católica. Los niños poco a poco, según se van haciendo mayores y tienen más capacidad de razonamiento, los papás pueden y deben acompañarlos en las oraciones vocales tradicionales: acción de gracias por el día tan estupendo que han pasado, pedir perdón por algo que han hecho mal, pedir por alguna persona que lo necesita, pedir fuerzas para ser mejores, bendecir la mesa, etc.  ¿Qué podemos decir a un niño sobre la santa Misa del Domingo? El Domingo es el día más importante de la semana porque es el día de Jesús, por eso no trabajamos y acudimos a la Iglesia. ¿Por qué el domingo? Porque es el día que Jesús resucitó, y para celebrarlo, al Señor le gusta que sus hijos se reúnan alrededor del altar para celebrar algo que celebramos desde hace dos mil años: la Eucaristía. Es importante que los papás enseñen a sus hijos a entender que el Domingo es para dar gracias a Jesús, para pedirle perdón, para pedirle ayuda y para pedir por los demás. Jesús está presente en la Misa y por eso es tan especial. En la Misa Él está realmente presente. Hay un momento en la Misa en el que Jesús se hace presente en el pan y en el vino y se nos da como comida para ayudarnos a ser mejores. Es especialmente importante saber explicar a los niños el momento tan sagrado de la Consagración: todos los Ángeles de la Guarda vienen al altar a estar junto a Jesús que se hace allí presente. A pesar de nuestras explicaciones hay momentos en los que los niños se aburrirán porque no entienden, pero no importa: poco a poco se van acostumbrando a que hay que estar en silencio y sin moverse mucho. Poco a poco irán entendiendo un poco mejor la Misa y se les hará más llevadera y mantendrán siempre –y esto es muy importante- el sentido de lo sagrado y de lo sobrenatural P. Agustín, párroco.  

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