lunes, 2 de enero de 2012

Solemnidad de la Epifanía del Señor 2012

Dice el refrán que “año nuevo, vida nueva”. Hoy que celebramos la solemnidad de la Epifanía del Señor y que tenemos su luz con nosotros, hagamos examen de conciencia, demos gracias y hagamos propósitos. La costumbre de hacerlos en estos primeros días del año es algo muy bueno y muy querido por nuestra Madre la Iglesia, pero hay que “aterrizar” bien ésos propósitos, es decir, hacerlos en cosas que podamos cumplir.


El primero que podríamos hacer sería mejorar en el amor, hacia Dios, hacia los demás y –rectamente- hacia uno mismo. ¿Por qué no nos  proponemos mejorar espiritualmente, nutrir el más alma, ejercitar el corazón, acercarnos a Dios a través del sacramento de la Confesión? Si nos hiciéramos todos este propósito lograríamos cualquier cosa que nos dispusiéramos a realizar.

¿Por que no nos proponemos ser fieles a nuestros sueños, no dejarlos abandonados, ir por ellos y volverlos realidad? ¿Por qué no ser más sensibles al dolor humano, mejorar las relaciones familiares, integrarnos en algún apostolado de la parroquia –Jóvenes para Cristo, por ejemplo- orar más a la santísima Virgen o visitar al Santísimo Sacramento? ¿Por qué no disfrutar más la vida que Dios nos Da?

Ya basta de quejarnos de todo. Es hora de dejar de encontrarle a todo su lado malo y  aceptar, por el contrario, con gozo, todo lo que Dios nos da, agradeciéndolo y alabando al Señor por su bondad. Encontremos la mano de Dios en todo lo que tenemos y somos. Alabemos a Dios por cada mañana, por la frescura del agua que corre en la regadera, por el desayuno, por el sol que calienta, por la taza de café que devuelve el buen ánimo, por la galleta dulce que lo acompaña, por quienes nos hacen compañía, ¡por todo! Y disfrutemos “perder el tiempo” con la familia, con los amigos.

Hermano mio, hermana mía ¿cuál es tu propósito para éste año 2012?  De todo corazón que todo lo que emprendas, lo consigas, y que la paz de Cristo reine en tu corazón. Feliz año nuevo y la bendición P. Agustín, párroco.  

No hay comentarios: