Queridos hermanos y hermanas en el
Señor, el próximo miércoles vamos a celebrar con la liturgia de la Iglesia el
misterio de la Asunción de María, que fue definido como dogma de fe por el Papa
Pío XII el 1 de noviembre de 1950. Este dogma es también celebrado en la
Iglesia ortodoxa de Oriente con el nombre de La Dormición de María. Con éste himno, compuesto por un sacerdote
franciscano los invito a que honremos a la Virgen en ésta hermosísima fiesta y
a que nos pongamos bajo su protección y amparo ■ P. Agustín, párroco.
La
vida silenciosa se ha cumplido
y es hora de lo
eterno;
descanse ya la Santa,
toda pura,
y deje nuestra luz
tras breve sueño.
Se acerca el
Redentor, el Hijo suyo,
primeros de los
muertos,
y sella con la paz
aquellos ojos,
abiertos para ver
todo el misterio.
Bajó a la oscura
tierra como el Hijo,
cruzó el común
sendero;
mas vino Cristo y fue
la Parusía:
María en cuerpo y
alma está en el cielo.
Primicia de la
Iglesia, flor temprana,
María alcanza el
Reino;
el tiempo vence al
tiempo y se adelanta,
la Madre goza ya del
bien que espero.
Y surge al tacto, al
beso del Amado
la llama de su
cuerpo;
la carne sin mancilla
es consumada
por otra carne, fruto
de su seno.
¡Oh Cristo, mi Señor,
que eres tú solo
la tienda del
encuentro,
a ti la gratitud,
porque hoy recibes
a Aquella que te tuvo
junto al pecho!. Amén ■
Fray Rufino M. Grández
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