sábado, 27 de abril de 2013

Seguimos caminando en el Año de la Fe




Queridos hermanos en el Señor, durante los meses de Marzo y Abril en nuestra comunidad estuvimos enfocados en la celebración de la Cuaresma como preparación para la Semana Santa, los días más importantes del año y en los que se celebran la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Una vez que hemos celebrado la Pascua, retomamos muchas cosas que dejamos, digamos, “en pausa” antes del Miércoles de Ceniza, una de ellas es la importante celebración del Año de la Fe, convocado por el Papa emérito Benedicto XVI el año pasado y continuado por su sucesor nuestro querido padre el Papa Francisco. Pocos días después de su elección, el Papa en la reunión con los representantes de las Iglesias y comunidades eclesiales, y de otras religiones, les decía:  "[...] Comienzo mi ministerio apostólico durante este año que mi venerado predecesor, Benedicto XVI, con intuición verdaderamente inspirada, ha proclamado para la Iglesia católica Año de la Fe. Con esta iniciativa, que deseo continuar, y que espero que impulse el camino de fe de todos, quería conmemorar el 50 aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, proponiendo una especie de peregrinación a lo que es esencial para todo cristiano: la relación personal y transformadora con Jesucristo, Hijo de Dios, muerto y resucitado por nuestra salvación. En el corazón del mensaje conciliar reside precisamente el deseo de proclamar este tesoro perennemente válido de la fe a los hombres de nuestro tiempo.[...]"[1]. Llegados a éste punto uno puede preguntarse “¿No es demasiado lejano todo esto del Año de la Fe? ¿No es algo que solamente se vive en Roma o allá donde están los cardenales y los obispos de la Iglesia?” No. El Año de la Fe está al alcance de todos, y aunque ciertamente la fe es un regalo de Dios a cada persona –y por lo tanto algo gratuito-, sí que está en nuestras manos reavivar ésa fe. Hay diez maneras muy prácticas y muy sencillas de que esa fe se fortalezca en nuestros hogares, en nuestra comunidad parroquial: 1) participar en la Santa Misa algún día además del domingo; 2) acudir a la Confesión, 3) conocer más a los santos, 4) leer la Sagrada Escritura cinco minutos todos los días, comenzando por los evangelios, 4) conocer los documentos del Concilio Vaticano II, 5) estudiar el Catecismo de la Iglesia Católica, 6) echar la mano en algún apostolado de la parroquia, 7) visitar a algún enfermo 8) invitar a Misa a los amigos, 9) tratar de vivir las Bienaventuranzas 10) sentir un sano y profundo orgullo por pertenecer a la Iglesia Católica. Con éstas breves ideas en mente, que Dios nos ayude a seguir nuestro camino en el Año de la Fe P. Agustín, párroco.


[1] Papa Francisco, Encuentro con los representantes de las Iglesias y Comunidades eclesiales, y de las diversas religiones, 20 de marzo de 2013).

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