lunes, 24 de diciembre de 2012

Nochebuena del 2012


Mis queridos hermanos en el Señor, de la misma manera que nuestro Señor se valía de las parábolas para explicar a quienes lo seguían los misterios del Reino de Dios, de ésta misma forma la Iglesia Católica se va valido desde hace muchos años de el arte, la música, la poesía y la literatura para explicarnos los misterios de nuestra de. Hay algunos cuentos con los que podemos explicar a los más pequeños por qué es importante no enfocarnos en solamente en lo material o lo exterior, sino que debemos cuidar siempre nuestro espíritu porque es lo más importante que tenemos, lo único que ha de perdurar para siempre. Espero que éste pequeño cuento ayude a los papás de nuestra comunidad parroquial a transmitir a los niños el verdadero espíritu de la Navidad, en valor de la celebración del nacimiento del Hijo de Dios, y la importancia de estar atentos a la vida de nuestro espíritu.


Unos pocos días antes de Navidad se encontraban a las afueras de la ciudad cuatro inquietas niñas, sus familias carecían de recursos económicos y por tanto vestían con ropa muy pobre, pero en medio de aquel espíritu navideño, Laura, una de ellas, se preguntó en voz alta que era para ella la Navidad, a lo que Marisol respondió: “Para mi la Navidad; son muchos deliciosos dulces, galletas, pasteles, helados, comida, carne, pollo…verduras, frutas…” “No, no, no”, replicó Elena “para mi la navidad son regalos, muchos regalos, ¿se imaginan?...muchos juguetes, ropa nueva para vestirnos y protegernos del frío, libros para iluminar, colores y muchas otras cosas lindas…” Y mientras su imaginación corría, Lucía, quien aún no había dicho lo que para ella sería, se quedó pensativa y finalmente les dijo a sus amigas: “Para mi la Navidad, es el amor a nuestros semejantes, es poder despertar de nuevo y saber que tu familia esta contigo, que podemos correr y jugar porque estamos sanas, compartir lo que tenemos porque nada es mucho ni poco, sembrar la amistad como la que nosotros tenemos, sentir que Dios siempre camina a nuestro lado...” Tras esta última reflexión, las niñas comprendieron que ellas no tenían mucho menos que las demás personas y se sintieron satisfechas de saber que la Navidad con su bello espíritu, es algo que debe llevarse en el corazón y puede vivirse a diario P. Agustín, Párroco. 

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