Queridos hermanos en el Señor, hace pocos días me encontré en la red algo que me llamó la atención y me llevó a pensar seriamente qué estamos haciendo como católicos para enseñar a nuestros niños el concepto de familia que nosotros hemos aprendimos de acuerdo a nuestra fe en Cristo y nuestra pertenencia a la Iglesia católica. Y digo esto a propósito de la creación de una casas de muñecas que acaban de salir al mercado. Éstas casas, diseñadas por un comerciante inglés, tienen la intención de “ayudar” a los niños a “entender” qué hay que hacer cuando la familia se rompe, o papá tiene una aventura y mamá se enoja, o cuando mamá tiene un nuevo novio (o incluso una novia) una vez que sobrevino la separación y el divorcio, etc. etc. etc. Mi pregunta es muy sencilla pero que debemos responder con claridad: ¿les hablamos a los niños del terrible drama del divorcio antes de enseñarles el valor de la fidelidad, la perseverancia, el esfuerzo y el sacrificio? En nuestra sociedad ¿hemos aceptado el divorcio como una opción, como una alternativa, como una salida fácil que no requiere esfuerzo? ¿Qué están aprendiendo nuestros hijos y cuál es el concepto de familia que tienen dentro de ellos? Queridos hermanos, hoy más que nunca debemos reiterar nuestra opción por la familia, y promover una paternidad y maternidad responsables a la luz del Magisterio de la Iglesia. Entre todos debemos formar a los niños y los jóvenes en una sana idea de la vida matrimonial y familiar, acompañar a los esposos más jóvenes a fortalecer su relación matrimonial, y a acoger con amor a las familias que atraviesan por una situación difícil. No tengamos miedo, hemos de confiar en Jesucristo y en la intercesión de nuestra Madre de Guadalupe quienes quieren familias unidas en las que se alabe el nombre de Dios. Que en éstas semanas del mes del Rosario oremos en familia por ésta intención. Aunque el divorcio es real y está a nuestro alrededor y quizá alguien cercano a nosotros lo ha sufrido, los católicos no lo consideramos como una opción, porque creemos en la fidelidad, en la perseverancia, en el sacrificio y en el amor ■ P. Agustín, Párroco.
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