jueves, 11 de noviembre de 2010

XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario


Queridos hermanos y hermanas en el Señor, quizá se han preguntando últimamente qué es eso de corresponsabilidad (stewardship) que con tanta frecuencia se menciona en la parroquia. Bien, pues de acuerdo a una Carta Pastoral que publicaron hace tiempo los obispos de los Estados Unidos, corresponsabilidad es precisamente la respuesta del discípulo a los dones que recibe de su creador. En otras palabras: alguien que es corresponsable se define como un discípulo de Jesús quien "recibe los dones de Dios agradecidamente, los cultiva responsablemente, y los comparte con amor en justicia con otros y se los regresa al Señor multiplicados."

La persona verdaderamente corresponsable es activo –con alegría y sencillez- en su comunidad parroquial. Como bautizados estamos llamados a profundizar tanto en la diaria conversión como en nuestro compromiso de seguir a Jesús. La corresponsabilidad es, pues, verdaderamente un estilo de vida, una opción que se hace en determinado momento: el discípulo se motiva a compartir su tiempo, talento y tesoro con la parroquia y con otros con un sentido profundo de agradecimiento y en un espíritu de sacrificio. Cuando tomamos los primeros pasos en el camino Cristiano plena y corresponsablemente, descubrimos que es una experiencia que libera y que nos hace más felices y más plenos. El mes de Noviembre es, pues, un mes que nos invita a experimentar el gozo de dar gracias (fiesta de Thanksgiving) pero también de compartir con Dios los frutos de las muchas bendiciones que ha derramado en nuestras vidas.

La corresponsabilidad y su hermano gemelo el apostolado, están basados en el reto que Jesús nos propone de vivir de acuerdo al plan de Dios, y de devolverle con generosidad algo como muestra de agradecimiento hacia Dios Padre de la generosidad de quien recibimos todo lo que somos y tenemos. No podemos olvidar, como nos dice el libro de los Hechos de los apóstoles, que en Él nos movemos y existimos (17, 28).  Pidamos a Dios un corazón generoso hoy y siempre Fr. Agustín, Párroco. 

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